#ElPerúQueQueremos

Izquierdas, nacionalistas y progresistas hacia la construcción de Bloque Alternativo y Pluralista

Publicado: 2015-07-14

Como una rémora de proporción y de autoflagelo bajo un largo túnel sin encontrar una luz se ha instalado en la autoestima y racionalidad de nuestra nación. Uno considera que los enclaves conservadores y autoritarios en las estructuras del poder peruano siguen vigentes, se afirman y perpetúan como una maldición más frente a los intentos fallidos recientes por doblarle la mano al destino.  

La fragmentación y atomización que viene desde las izquierdas, nacionalistas y progresistas, es funcional al transformismo neoliberal. Realidad que hace difícil alcanzar objetivos democratizadores y de justicia social que las mayorías anhelan e impulsan con muchas esperanzas; y ese gran objetivo no es posible, sin antes lograr “la unidad política y social del pueblo”.

Esta unidad no se reduce solo a alianzas o pactos entre partidos, es más bien la construcción de un bloque histórico por la transformación, que permita al centro y a la izquierda, junto a movimientos regionales, locales y sociedad civil organizada, alcanzar metas de progreso económico, eliminar las desigualdades y construir un Estado garante en forma cada vez más universal y exigible, los derechos de ciudadanía.

La agenda democrática y de desarrollo inclusivo está intacta, pero el gran muro de contención que dificulta el proceso es el pilar de la cohesión social y política que no superamos desde viejos calendarios, razón por la que llegamos a perder el sentido y la visión del futuro. Por eso en el contexto de la coyuntura electoral si estos acuerdos se redujeran solo a “partidos” no sería más que una raya al tigre de las tantas veces e instrumentales manoseos de la unidad en esta franja política. Pues desde la desesperanza aprendida, el desafío está en esa resilente presencia rearticuladora de espacios como Unete, Frente Amplio y el Bloque Nacional Popular.

Por ello, las voces como la de Gustavo Guerra García lejos de demostrar el peso electoral de las diversos actores orgánicos en curso, es de una disonancia cognitiva profundamente entrópico, auto-referente, autocomplaciente y soberbio, porque destruye, renuncia y se auto-aísla de la “gran alianza nacional y popular”.

El statu quo muy difícil de modificar, exige mayorías muy altas y si no constituimos una gran corriente democratizadora firme y activa es porque no entendemos el entramado del poder de la DBA, poderes fácticos y tradicionales del Estado y Sociedad.

Hacerle el juego a esa falsa hegemonía integrista es simplemente sacar cálculos ridículos y cuotas de poder al seguidismo y conveniencia con los mismos de siempre y por cierto no da respuesta a esa ciudadanía organizada que estamos retroalimentándonos en este karma y sinergia renovadora para un buen vivir y dejar atrás otra década perdida.


Escrito por

Humberto Campos Cuadrao

pata de arcilla, pata salada, pie de acero


Publicado en